Y allí afuera no hay nadie, todo lo diría si lo preguntáramos en voz alta; y si se nos escuchase preguntarlo; o si se consintiera en recoger esta absurda pregunta. Nadie, salvo el reflejo difuso de todos los rostros en los vidrios intactos empavonados de nadie. / Fragmento de: La pieza Oscura , Por: Enrique Lihn
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